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Mil Cosas Bellas

By: Stephany
folder Harry Potter › Slash - Male/Male › Harry/Draco
Rating: Adult +
Chapters: 5
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Reviews: 1
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Disclaimer: I do not own Harry Potter, nor any of the characters from the books or movies. I do not make any money from the writing of this story.
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Capitulo 5

A Thousand Beautiful Things

Mil cosas bellas

Por: Duinn Fionn

Traducción: amy_lee_malfoy

Draco Malfoy lucha contra una fortuna cambiante, una horrible guerra, y un encantamiento inusual, con la ayuda de un preocupado profesor, un sabio elfo doméstico y un inesperado amigo Gryffindor.

Rating – R

Pareja – HP/DM

Esta historia está basada en personajes y situaciones creadas por JK Rowling y por lo tanto de su propiedad así como de varias editoriales, incluidos Bloomsbury Books, Scholastic Books y Raincoast Books, y de Warner Bros. Inc, No se hace dinero y no se infringen los derechos de autor o los de una marca registrada. (N/T: Harry Potter and The Half Blood Prince nunca pasó)

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Capítulo 5

The past is never dead. It's not even past.
El pasado nunca muere. Ni siquiera es pasado.

Requiem for a Nun - William Faulkner


“Qué te ofrezco? Tengo cerveza o cerveza”

“No me puedo decidir... Oh está bien, quiero cerveza” dijo Dean a Harry, mientras se quitaba el abrigo y lo dejaba en el respaldo de la silla como hacía cada semana.

“Hola Dean!” gritó Ron desde la cocina, “Deberías probar la cerveza amigo”

Escuchó el sonido del choque de botellas mientras Ron se alejaba del refrigerador y entraba en la sala, llevando consigo cuatro cervezas, “Una para ti, una para ti, aquí tienes Seamus, y una para mí”

Abrió la bolsa de botanas que habían sido su donación semanal y las dejó en la mesa ratona cerca del sillón, desde donde Seamus lo saludo sonriendo, “Ya era hora de que llegaras. El juego está por comenzar”

Harry le dio una palmada en el hombro, “Debería traer un tazón para eso?”

Seamus hizo una mueca ante la pregunta, “Preguntas lo mismo cada semana Harry, y nosotros siempre te decimos lo mismo. De ninguna manera”

Dean sonrió, “Excepto cuando le dices, ‘Demonios, no’.”

“Diantres ” dijo Harry fingiendo irritación.

Dean no se sorprendió en lo más mínimo cuando Harry encontró un departamento en la parte muggle de Londres después de la guerra, aunque había pasado la mayor parte del tiempo en el lado mágico del Caldero Chorreante. Harry valoraba su privacidad y no la iba a encontrar cerca del callejón Diagon. Y absolutamente nadie esperaba que se acercara remotamente a Grimmauld Place.

Pero el apartamento de Harry en el Londres muggle, con su enorme pantalla de televisión, era la gran atracción para todos sus amigos. Habían hecho un hábito el de reunirse cada tarde de Sábado a ver football juntos. Ron ya había sintonizado el calentamiento previo al partido, y Dean escuchaba distantemente la voz del anunciador: “Y el Newcastle United se enfrentará contra Norwich City en este juego de mitad de temporada – los Canarios se levantan con una gran expectativa después de su exitosa victoria de mitad de semana, pero los heridos Magpies son definitivamente aves con las alas rotas esta tarde...”

Dean apoyaba a los Magpies, decidiendo que serían mucho mejor oponente para los Hammers en la siguiente ronda.

“Recibí una lechuza de Neville esta semana” les dijo Harry.

“Ahora dónde está?” Seamus había destapado su cerveza demasiado rápido, y sorbía ruidosamente la espuma que salía del cuello de la botella.

“Um. Austria. No, espera, eso fue la semana pasada. Creo que es Bélgica. Debería recordar eso, fue prácticamente todo lo que entendí de su postal. Necesito un EXTASIS en Herbología para entender el resto”

“Ya que nos estamos poniendo al corriente – algún signo de ese bebe Ron?” preguntó Dean cortésmente. La esposa de Ron, Nancy, estaba por dar a luz en cualquier momento. “Ron? Ron!

Ron dejó de ver la televisión sorprendido, “Qué? Oh, lo siento, Qué?”

Dean sonrió. Era una constante broma, el cómo Ron se absorbía completamente con la televisión. Como siempre, apenas se había sentado en el sofá, su atención había sido capturada por la televisión de Harry con el toque característico de alguien que no está acostumbrado a la sobreestimulación visual. Comerciales, cabezas parlantes, programas de juegos – todo lo que le mostraban lo absorbía como un hoyo negro. Dean repitió su pregunta.

“Dicen que en cualquier momento”

Harry lo observó divertido, “Y te deja salir a ver football?”

Ron desacomodó su cabello casualmente mientras contestaba, “Creo que le agrada la idea de deshacerse de mí. Hay un límite de lo mucho que puede soportar el que yo me embelese viéndola. Su madre está con ella hoy”

“Ah, mejor tu que yo compañero” dijo Seamus.

“Considerando que aún no te has casado, creo que concordaremos en eso” dijo Ron.

“Al menos yo tengo novia, que es mucho más de lo que puedo decir de algunas personas por aquí”

Dean pretendió indignación, “He estado ocupado”

“No lo suficientemente ocupado”

Harry llevó la conversación fuera de ese tema de manera cortés, “Bueno, todos sabemos que Dean sirve a su amante el arte. Cómo van los dibujos”

Saltó ante el cambio de tema como un sabueso detrás de un hueso, “De hecho muy bien. He sido invitado a exhibir mi trabajo este mes. En una galería muggle. Habrá una recepción de apertura y todo, así que están invitados” Regaló a Seamus una mirada seria, “También habrá bebida gratis, pero debes prometer que te comportarás. Mejor aún, trae a Lidia, ella se asegurará de que te comportes”

“Vamos Dean, no confías en mí? No contestes eso”

Dean se alegró cuando Harry dejó de dar vueltas como un anfitrión nervioso y se dejó caer en la silla donde estaban los abrigos, sin notar cuando éstos se cayeron en una graciosa montaña detrás de él. Nadie se molestó en rescatarlos, “Aún dibujas gente?” preguntó Harry.

Titubeó por un momento. No quería mencionar a quién había estado dibujando últimamente – exclusivamente de hecho – pero decidió que se vería sospechoso si lo mantenía en secreto, “De momento estoy trabajando con uno de nuestros antiguos compañeros de escuela. Um… Draco Malfoy”

Se preguntaba cuanto le tomaría a Seamus romper el silencio. Mucho más de lo que esperaba.

“Bromeas” dijo Seamus con disgusto, “El Hurón? Ahora dibujas vida silvestre?”

Incluso Ron dejó de ver la t.v. ante eso, y se rió mucho más fuerte que Seamus. Dean sintió un fuerte deseo de defender al ausente Malfoy.

“No veo la gracia. Está dispuesto a sentarse para mí tanto como se lo pido, y es un excelente sujeto a dibujar”. Su mirada los retaba a negar sus palabras.

Seamus no le prestó atención a la defensa, “Pero Malfoy? Cómo puedes soportar estar cerca de él? Quiero decir, eres un maldito sangre sucia para él – no te insulta constantemente?”

“Oh, quieres decir, como al resaltar mi falta de novia cada vez que me ve?” Dean le preguntó enfáticamente, entonces tuvo que esquivar el pedazo de botana que Seamus le aventó, “Esto puede sorprenderte, pero la gente cambia. Quiero decir, míranos. No somos los mismos idiotas que éramos en la escuela.”

“Gracias a Dios” murmuró Harry entre dientes.

Presionó un poco. “Y él tampoco lo es. También maduró sabes? Y los juicios a Mortífagos – bueno, probaron que estaba de nuestro lado durante la guerra, no es cierto? No es justo comportarnos con él como lo hace la gente, creyendo que es lo que tuvo que pretender ser”

Seamus estaba boquiabierto, “Me suena a que te estás haciendo su amigo Dean. Dime que me equivoco, porfavor”

Lo vio fríamente, “Sí, soy su amigo. Congeniamos bastante bien. No tiene a nadie más. Si quieres saber la verdad, creo que está solo. Así que viene y se sienta para mí, y hablamos. Y no hay nada de malo en eso, y si dices algo mas Seamus, te abofetearé”

Sabía que Seamus reconocería el tono de voz, y éste le regaló un poco de humor, “Sí jefe. Escucho y obedezco”

Ron estaba revolviendo una pila de diarios El Profeta que había sobre la mesa, “Es curioso que menciones a Malfoy hoy. Leí esta mañana que su padre murió”, aparentemente encontró lo que buscaba y lo sostuvo para que los demás lo vieran, “Lo ven? Aquí está, ‘Lucius Malfoy, Mortífago convicto y segundo en mando bajo las ordenes de... blah, blah, blah... fue encontrado muerto en su celda de Azkaban durante la madrugada’ Y es todo lo que dice. No habrá funeral, lo puedo apostar”

“Y que bueno” añadió Seamus ferozmente.

“No discutiré eso” dijo Dean, “Lucius era un bastardo”, aún así, sabía que Draco estaría afectado por su muerte – incluso después de todo lo que había visto hacer a su padre.

“Entonces eso significa que Malfoy puede tener su herencia?” preguntó Harry, cada escaramuza en la batalla por la herencia Malfoy era detallada en El Profeta, que reportaba obsesivamente cada giro del asunto legal.

“No lo creo. Draco me dijo que pensaba que el Ministerio seguiría en desacuerdo con él incluso después de la muerte de su padre”

Harry frunció el ceño, confundiéndose ante esa declaración, “Porqué?”

“Un premio muy tentador supongo. Además, aún hay mucho odio hacia el apellido Malfoy en el Ministerio”

“Pero fue Lucius. Como dijiste, Draco estaba de nuestro lado” dijo Harry.

“Esa es una diferencia casi mínima para mucha gente. Les gusta mantener las cosas simples. Malfoy equivale a malo, cierto? Y mientras el Ministerio siga pretendiendo que sólo van tras Lucius, todos son felices”

“Excepto Draco” murmuró Harry.

Dean se encogió de hombros, “Y a cuántas personas les interesa lo que le suceda a Draco Malfoy? Hace unos minutos, me estaban reclamando por usarlo como modelo” añadió enfáticamente, Seamus tuvo la decencia de parecer avergonzado.

“No es correcto” dijo Harry.

“No, no lo es”, añadió, “Y le está costando una fortuna en abogados a Draco el debatirlo. Si se mantiene por mucho tiempo, tal vez no haya fortuna Malfoy por la cual pelear”

Ron parecía confundido, “Puedo entender que pelee por todo el dinero, pero me pregunto porqué se aferra a la vieja Mansión. Uno pensaría que sería horrible vivir ahí solo en medio de Wiltshire. Apuesto a que se respira Magia Oscura en ese lugar. Dicen que Ya-Sabes-Quien se quedaba ahí por largas temporadas”

Seamus interrumpió, “Y su madre fue asesinada ahí, escuché que no fue algo bonito. No hay nada mas que malas memorias”

“A pesar de todo, dice que adora el lugar” les dijo Dean, “Uno pensaría que no. Pero la adora. Dice que es parte de él”. Aún recordaba la emoción con la que Draco hablaba de su ancestral mansión.

“Tal vez por eso es tan raro. Casa rara – amo raro. Tiene sentido” dijo Seamus.

“Pero no es una casa extraña – en absoluto. Es hermosa. No lo que uno esperaría”

“Has estado ahí?” preguntó Harry sorprendido.

“Bueno, un par de veces” admitió, “Esperaba que fuera toda tenebrosa y gótica, pero no lo es. Es hermosa”

“Hermosa?” preguntó Seamus, “Bueno, con esa hermosa casa y esa hermosa herencia, sospecho que nuestro hermoso Draco no estará solo por mucho tiempo. Supongo que tendrá miles de mujeres lanzándose a los pies de las hermosas puertas de su hermosa mansión”

Sonrió levemente, sin querer desmentir a Seamus de su afirmación errada por miedo a nunca escuchar el final de esa historia, y notó con sorpresa que Harry tenía la misma sonrisa en su rostro. Así que también había descubierto las preferencias de Malfoy? No mucho se le pasaba a Harry.

“Shhh, compañeros, ha empezado” ordenó Ron, y Dean estaba agradecido de que la conversación hubiera terminado.

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El partido se prolongó de manera inusual, hasta que los Magpies anotaron en tiempo extra, y la tarde se había convertido en noche.

“Será mejor que me vaya” anunció Seamus, “Le prometí a Lydia que saldríamos a cenar”

“Sí, yo también” dijo Ron, entonces se detuvo un momento, “Es gracioso pensar que tal vez éste sea el último Sábado que estoy aquí antes de convertirme en padre. Aún me es difícil creerlo”

Dean empezó a reunir toda la basura que había en la mesa, y sus brazos estaban algo llenos.

Harry observó a Ron de una manera rara, como si no hubiera pensado en la próxima paternidad de Ron en absoluto, “Bueno Ron, creo que por fin tendrás algo de tu propiedad que no es de segunda mano”

Dean pensó que eso había sido mas insensible que gracioso, especialmente viniendo de Harry, quien siempre era muy cuidadoso a la hora de bromear. Era más el papel de Seamus decir algo como eso y después soltar la carcajada. Pero Harry no sonreía.

Ron también pareció sorprendido, pero sonrió débilmente sin responder.

Pero Harry pareció no notarlo, “Quiero decir, incluso tu esposa es de segunda mano, no es cierto?”

El silencio en la sala era absoluto. Los tres se quedaron viendo a Harry, mudos ante su inesperada falta de etiqueta, y Ron enrojecía con cada segundo que pasaba. Nancy se había casado antes con un Hufflepuff que había sido asesinado durante la guerra, apenas tres meses después de su boda.

Finalmente, Ron pudo decir algo, “Eso no es gracioso Harry”

Harry lo observó de manera ausente, como si no hubiera dicho nada ofensivo, “No estaba intentando ser gracioso. Estaba afirmando un hecho”

Ron le dio una mirada fría, “Oh. Como el hecho de que estás siendo un completo bastardo?”

Harry pareció medianamente sorprendido por el comentario, y se encogió de hombros, como si no le importara la reacción de Ron.

Dean tuvo un incómodo presentimiento acerca de todo el intercambio. Debió perderse algo realmente importante, pensó; hasta ahora, Harry no había parecido afectado por Ron de ninguna manera, y no había tomado mucho – de hecho, había tomado mucho menos que todos ellos. Puso las botellas vacías de nuevo en la mesa, solo en caso de que Ron se lanzara contra Harry y tuviera que intervenir. Aunque Harry realmente lo mereciera, después de el último comentario.

Ron parecía estar luchando por calmarse, “Bueno, llámame sorprendido. No esperaba que mi mejor amigo me traicionara así Harry”

“No, eso sería algo propio de Dean” dijo Harry.

Sintió un repentino bulto caer en el fondo de su estómago. No quería escuchar lo que Harry iba a decir.

Seamus se adelantó, “De qué estás hablando Harry? Dean jamás ha -”

“Oh, no? Porqué no le preguntas Seamus? Aunque no me sorprende que jamás te haya dicho lo que te hizo”

Oh Dios, porfavor, no aquí.

Pero Harry no se detendría, “No sé como es que terminaste en Gryffindor, siendo tan cobarde. Claro que no te diría que te vendió a los Mortífagos. Me atrevo a decir que no es algo de lo que esté particularmente orgulloso”

Dean intentó comprender lo que sucedía. Porqué Harry los atacaba tan repentinamente? Y más que nada, Cómo se había enterado Harry de la noche en que les dijo a los Mortífagos dónde encontrar a Seamus? Sólo algunas personas lo sabían – Severus, Draco. Goyle y Bryce, ambos muertos antes de que Harry pudiera hablar con ellos. Así que cómo–

Seamus estaba gritando, “De que demonios estás hablando? Dean jamás ha hecho algo así. Cómo podrías saberlo? Tu no estabas ahí”

“No tuvo que decírmelo” respondió Harry, “Lo sé. Lo puedo ver. Incluso te lo confesó cuando te atraparon, dijo sus tontas disculpas en la celda y tu lo perdonaste. Porque eres tan estúpido como él”

Estaba impactado. Era casi imposible que Harry supiera sobre la noche en que habían sido capturados. Pero nadie más podría saber de esa conversación privada entre Seamus y él. Seamus no podía recordarlo. Y Dean no había hablado de ello. Entonces cómo es que Harry lo sabía? Era algo impensable.

O era Magia Oscura.

“Cállate Harry” dijo ferozmente, “No es de tu incumbencia”

Lo que salió de la boca de Harry fue una letanía de epítetos raciales que enfermaban sólo de escucharse.

Seamus se lanzó hacia delante, dispuesto a causar serios daños en defensa de su mejor amigo, pero Dean lo tomó del brazo, sintiendo el material de la camisa quemar sus manos, y lo detuvo.

“Bastardo” gritó Seamus a Harry, intentando, en vano, zafarse del agarre de Dean, pero éste no cedió, hasta el punto en el que Seamus tendría serios hematomas el día siguiente.

“Seamus. Detente. Éste no es Harry. Algo anda mal”

“Sí, eso es obvio” dijo el otro hombre, intentando zafarse desesperadamente.

“No, quiero decir realmente mal, como un hechizo”

Harry los observaba como retándolos a decirle algo, como si no estuviera siendo deliberadamente provocativo. Ron, quien hasta ese momento había estado inmovilizado por el shock, sacó su varita ante la afirmación de Dean y dijo en voz alta, “Finite Incantatem

Harry lo observó con una mirada cargada de desdén, y empezó con otro tanto de insultos, esta vez dirigidos a Seamus.

Dean intentó el siguiente hechizo, “Silencio” dijo firmemente. Al menos eso lo callaría hasta que ellos supieran qué hacer después.

Pero para su sorpresa, Harry no se silenció ni por un momento, sino que continuó tan venenoso como si nada hubiera pasado.

Alarmado, Seamus repitió el hechizo, pero tuvo el mismo efecto que el de Dean. Ron también lo intentó, después los tres juntos, pero sus hechizos eran inútiles. Con pánico, Ron gritó, “¡Stupefy!”.

Igual pudo haber encantado a una estatua. Harry no podía detenerse.

Confundido, tuvo que gritar para que lo escucharan por sobre la diatriba de Harry, “Qué tipo de hechizo puede ser? Hace que todo lo que hagamos sea inútil. Nunca antes había escuchado algo así”

Ron titubeó, después dijo, “Tal vez si lo dejamos solo, se calme y esto termine”

Harry se dirigió a Ron y gritó, “Sólo intenta irte imbécil. No te puedes ir. Te tienes que quedar hasta que acabe contigo”

Seamus respondió, “Quieres apostar Potter?”

“Seamus no dejes que te afecte, no creo que sepa lo que está haciendo, y probablemente no lo puede controlar, o impedirlo”

“Entonces vamos” sugirió Ron. Se veía miserable, y Dean no lo culpaba. “Vamos, esperaremos afuera y veremos qué hace cuando no haya nadie a quien gritar”

Dean asintió. Sería bueno alejarse de la creciente locura de Harry. Éste continuó amenazándolos en voz alta con terribles consecuencias si proseguían con su plan de irse. Los tres salieron rápidamente por la puerta hacia el hall. Contentos de escapar a la locura. Ron cerró la puerta con un sonoro golpe.

Pero su retiro fue poco duradero. A través de la puerta, Dean pudo escuchar el súbito sonido del vidrio al romperse – probablemente las botellas que abandonó – y fuertes golpes y sonidos que no quiso identificar.

“No sirve de nada” dijo Ron, y abrió la puerta.

“Mierda” exclamó Seamus, “Maldita sea toda la mierda!”

En el corto tiempo que estuvo solo, Harry consiguió destruir la mesa ratona y todo lo que había en ella, sangre corría por sus brazos proveniente de heridas hechas con vidrio roto.

“Te lo advertí” Harry rió fríamente, y el sonido era escalofriante, “Te dije que no te fueras”

“Será mejor que le quitemos su varita” dijo Ron en voz baja, “Dean, tu y yo lo detendremos, y Seamus, tu se la quitas. La lleva en - ”

“Sí, lo sé” contestó Seamus, “A las tres. Uno, dos -”

Harry se resistió como una bestia salvaje, pero los tres lo superaron y le quitaron su varita, dándole a éste una nueva razón para insultarlos al tope de sus pulmones. Dean curó silenciosamente las heridas de sus brazos, pero la sangre estaba sobre todos después de la lucha, y no se molestó con un hechizo limpiador.

“Necesitamos un hechizo silenciador en la sala, o los vecinos llamaran a la policía en cualquier momento”

Afortunadamente, tuvieron éxito al disfrazar el sonido mas allá del apartamento. Era un alivio descubrir que algunos hechizos todavía funcionaban.

Pero no pudieron conjurar un hechizo similar sobre ellos mismos para enmudecer las palabras que iban hacia sus oídos, y fueron forzados a escuchar los insultos, que sólo parecían empeorar. Y de vez en cuando, Harry atacaría a uno de ellos por un momento.

“Tendremos que atarlo” dijo Seamus, “Se hará daño en una de estas” Un hechizo para atarlo no pudo hacer nada mas que enojarlo aún más, así que lo hicieron de la manera antigua, con una soga. Tan pronto estuvo terminado el último nudo, Harry empezó a gritar, un alarido ensordecedor que los congeló por completo. Largos minutos pasaron, Harry no mostraba signos de cansarse.

“No creo que pueda soportar esto” dijo Ron débilmente, “Necesitamos desatarlo de nuevo”

“Debemos pedir ayuda” dijo Dean por encima de los gritos de Harry. Los nudos fueron aflojados, y los gritos de Harry disminuyeron – pero no sus palabras, que continuaron incesantes.

“Intentaré llamar a Hermione,” dijo Ron, “Ella sabrá qué hacer”

Vió la cabeza de Hermione en la chimenea, y apenas pudo escuchar la explicación de Ron por encima de los gritos de Harry.

“Lo está rastreando y nos enviará ayuda” reportó Ron cuando Hermione finalmente desapareció. “Llamará a Nancy y a Lydia para decirles dónde estamos, en caso que nos tengamos que quedar”

Dean no se permitió si quiera considerar cuánto podría durar esto. Que esto le pasara a cualquiera ya era horrible; pero que le pasara a Harry era doblemente trágico. Pero parecía que a pesar de los deseos de las personas, todo lo malo parecía sucederle a Harry. Una y otra vez. No tenía duda de que había sido escogido deliberadamente por quien era. Esperaba – demonios, todos lo hacían – que el fin de la guerra y el fin de Voldemort trajeran un fin a los problemas de Harry. Pero también, la guerra no había terminado tan limpiamente como todos pretendían. Suficientes figuras rondaban desde las sombras del pasado en reuniones secretas y oscuros rincones, suficientes para mantener ocupados a los Aurores desde el final de la guerra.

Pero sus planes no habían tenido éxito hasta esta noche.


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La noche trajo refuerzos, pero no soluciones. Hermione había enviado a cualquiera en Londres que se le había ocurrido – Remus Lupin, Ojoloco Moody, Tonks, Arthur Weasley – todos habían acudido en un torbellino de ayuda y encantamientos inútiles. La mayoría se había retirado, hacia el Ministerio o a la biblioteca, o a quien sabe donde para hurgar por posibles métodos que los ayudaran a detener la diatriba incansable de Harry. Seamus se había rendido finalmente y se había retirado a casa hace algunas horas, despidiéndose con sinceras disculpas. Dean estaba contento de verlo escapar por un rato.

Observó su reloj en la tenue luz –2:30. Harry se había rendido ante un jadeo ronco antes de finalmente -finalmente- colapsar dormido en el sillón, hace aproximadamente una hora. Ron se había dormido en una silla cercana, sus largas extremidades encogidas en un espacio demasiado pequeño. Lupin se había ido a la cama de Harry con la firme instrucción de ser despertado ante la más mínima señal de cambio.

Dean aún intentaba calmarse a sí mismo ante la adrenalina que aún corría por todo su cuerpo. La inesperada declaración de Harry, de su captura y traición, aún lo perturbaba sobremanera. Después de que Draco hubiera restaurado su memoria, había intentado decidir la mejor manera de abordar a Seamus con lo que sabía. Pero era tan difícil. Seamus lo había perdonado una vez, y no sabía si sería lo suficientemente noble una segunda. Habían proseguido durante la guerra hasta ser cada vez más dependientes el uno del otro, y no quería que nada destruyera su lazo especial. Siempre había querido decírselo a Seamus, mas antes que después; Harry sólo había iniciado algo que era inevitable.

Movimientos en el sofá le dejaron saber que Harry estaba despertando. Vió sus ojos, vulnerables sin sus gafas, abrirse repentinamente y tomar nota de la situación tan inusual. Harry se veía más calmado, y Dean sintió un pequeño atisbo de esperanza.

“Harry” dijo suavemente.

“Dean” respondió Harry en una voz horriblemente ronca. Sus manos buscaron sus gafas y Dean se acercó para ponerlas en su mano. Se las puso y giró para encarar a su amigo.

“Oh Dios mío, Dean yo…” Dean pudo ver el horror asentarse en su cara.

“Harry, está bien. Cómo te sientes?”

Harry puso sus pies sobre el suelo y se puso de pie lentamente, “Como el demonio. Qué sucedió? Acaso yo…” vió la mirada preocupada y firme de Dean y dejó caer su cabeza en sus manos, “No fue un sueño cierto? De verdad dije esas cosas, verdad?”

“Está bien Harry” repitió, intentando sonar calmado, increíblemente aliviado al notar que Harry era de nuevo él mismo.

“Las cosas que dije. Oh Dios, Dean, no sé porqué dije todo eso. Y después.…” observó sus brazos incrédulo, rastros de sangre de su previo berrinche habían manchado su camisa, “Oh mierda, lo siento tanto”

“Lo recuerdas todo?”

Harry parecía tan horrorizado que supo la respuesta antes de que Harry la dijera.

“Desearía no recordarlo. Recuerdo cada minuto. Oh, Dean -”

“Bueno, supimos rápidamente que no eras tú mismo” lo interrumpió, intentando calmar a Harry de la mejor manera posible. “Alguien puso algún tipo de hechizo sobre ti. Ya terminó. Tranquilízate”

Ron se removió ante las voces, despertando al fin sobresaltado, “Harry”

“Está bien Ron” dijo Dean rápidamente, “Se acabó”

Ron corrió a un lado de Harry en un instante, recorriendo con su mano tranquilizadora la espalda del moreno, “Demonios Harry, nos asustaste bastante. Qué fue eso, eh?”

Harry sonrió débilmente a su amigo, “Si lo pudiera saber. Lo lamento de verdad. Tienes que creer que no quise decir las cosas que dije”

“Lo sé amigo, olvídalo”

“Entonces, qué crees que sucedió?”

“No lo sé. Quiero decir, estábamos todos sentados viendo el partido, entonces empecé a sentirme –no lo sé, a sentir odio, creo” aclaró su voz, que aún estaba ronca de tanto gritar, y desvió la mirada, “Quería decir las cosas mas despreciables y viles que hubiera, sólo para vengarme por – bueno, en realidad no sé porque. Y no me podía detener en absoluto. Simplemente salió” primero vió a Ron y después a Dean, “Pero no es como si les estuviera diciendo cosas que en realidad creo y que mantengo en secreto. No creo esas cosas en absoluto”

“Sé que no” le aseguró Ron.

“Pero fue como estar poseído, sabes? Como un Imperius, oh Dios…” se desvió, de nuevo abrumado por lo que estaba recordando.

“Harry escucha” dijo Dean, después titubeó, “Las cosas que dijiste acerca de Seamus y yo. Sobre la traición”, era difícil decirlo frente a Ron, pero tenía que hacerlo, “Cómo supiste eso?”

Harry corrió ausentemente su mano por su desordenado cabello, y Dean pudo verlo intentar recordar el principio de la pasada noche, “Lo pude ver. Una celda, pequeña, sin ventanas, contigo y Seamus, estaban detenidos contra la pared con un hechizo. Podía ver a Seamus, pero no a ti. Pude escuchar lo que ambos decían. Le dijiste como lo habías traicionado y él te perdonó. Pero eso no era real, cierto?”

Harry había leído sus pensamientos. Dean no podía imaginar una combinación peor – bajo este extraño hechizo, parecía que Harry podía descubrir los secretos mas profundos de aquellos a su alrededor y así salir con los peores insultos. Dean estaba horrorizado al ver sus secretos descubiertos tan abrupta y vilmente.

“Creo que iré por Remus, para decirle que estás bien”

Y estuvo bien, por el resto de la noche, y el día siguiente. Sus amigos pasaron a visitarlo para asegurarle que estaría bien, incapaz de explicar lo que había sucedido, pero completamente convencido de que estaba de regreso a la normalidad, animándolo a descansar y relajarse. Les hizo caso a todos, y fue el modelo mismo de un paciente perfectamente obediente.

Y luego, poco después de la cena, para el horror de todo el mundo, empezó todo de nuevo.


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Alrededor de una semana después, la maldición de Harry no mostraba señales de disminuir. La ira incontrolable empezaría al caer la tarde y Harry se encontraría dispuesto a insultar y humillar a cualquiera que estuviera cerca, hasta que, después de mucho tiempo, colapsaba exhausto.

Sus amigos tenían una responsabilidad doble, primero al asegurarse de que alguien se quedara con él cada tarde – no era una tarea que ninguno de ellos deseara mucho, después de la primera noche – mientras al mismo tiempo evitaban que los detalles aparecieran en el Diario El Profeta.

Hermione fungía como el nexo entre Harry y los expertos del Ministerio. Después de la primer horrible noche, todos habían acordado que necesitaban contactar a alguien experto en maldiciones Oscuras. Con algunas dificultades, ella consiguió lograr esa siniestra tarea.

“Solo tiene sentido que el Departamento de Misterios trabaje en ello” le dijo a Dean. Recientemente había sido promovida a esa prestigiosa rama. Ella había bromeado al decirles que sí podía contarles lo que hacía allí, pero entonces tendría que matarlos. Él medio le creía.

“Quién más quería la misión?” preguntó Dean.

“Bueno, los Aurores, por supuesto. Y el grupo de Percy Weasley en L.R. – lo siento, Limpieza Rápida, los tipos que se encargan de rastrear Mortífagos activos”

Sus cejas se elevaron en señal de sorpresa, “Piensan que hay Mortífagos detrás de esto?”

Ella asintió. “Tiene sentido, no lo crees? Quiero decir, estamos hablando de Harry Potter”

“Cierto”

“De cualquier modo, L.R. estaba moviendo influencias para apoderarse de la misión, hasta que nuestro jefe pasó por encima del jefe de L. R., directamente a Tabernash. Para hacer la historia corta, nosotros tenemos el caso ahora”

Él la miró sospechosamente. “Y tú no tuviste nada que ver?”

Ella rió. “Bueno, no que lo admita. Dios Dean, las políticas de oficina – no tienes idea. Deberías estar orgulloso de trabajar para ti mismo”

Hasta ahora, la investigación hecha por el grupo de Hermione para desenterrar la maldición, había sido infructuosa. Virtualmente, nadie había escuchado de una maldición con tales efectos, ningún libro la citaba, y ellos no tenían idea de cómo suprimirla.

Dean pensaba que la peor parte era que Harry pudiera recordar todo lo que había sido forzado a decir, y por supuesto, siempre era miserablemente dócil y conciliador al terminar. Después de solo nueve días, aquellos que estaban dispuestos a soportar insultos por la noche, eran cada vez más pocos, el grupo se había reducido a sólo sus mejores amigos.

Acababa de hacer guardia la noche anterior y aún se estaba recuperando de la experiencia. Decidió, que dadas las circunstancias, probablemente no era el mejor momento para que Malfoy quitara el hechizo de memoria de Seamus, pero ya lo había planeado y quería seguir con ello.

Malfoy no se opuso a la idea, al menos eso era algo bueno. Y después de que Harry hubiera hurgado, de alguna manera en los recuerdos de Dean, todo esto era algo que necesitaba hacerse pronto.

Escuchó cuando Malfoy llegó por medio de polvos Floo a su sala, y se apresuró a recibirlo.

Después de la habitual bienvenida, Dean le dijo, “Seamus no llegará hasta dentro de una hora, así que pensé que podríamos trabajar un poco antes”

Los labios de Malfoy se curvaron ligeramente, “Un poco aprovechado no lo crees?, para un Gryffindor quiero decir” Pero siguió a Dean hacia la habitación donde usualmente trabajaban juntos como artista y modelo. No fue la primera vez que Dean se preguntó porqué Malfoy continuaba sentándose para él, sin recompensa o reconocimiento alguno. Cuando estaba en la escuela, jamás hubiera pensado que era posible que algún día ellos pudieran ser… bueno, amigos. Se encontraba a sí mismo increíblemente cómodo en la compañía de Malfoy, y pensó que el otro hombre se sentía igual.

Tenían algo de temperamento en común. Se sorprendió al descubrir en Draco, una disposición fundamentalmente calma y compuesta, mucho muy alejada de los berrinches infantiles que solía hacer. No que estuviera completamente irreconocible –a veces, Draco aún podía ser innegablemente egocéntrico y cáustico. Pero en los años que habían pasado, con sus pérdidas, y la guerra, de alguna manera se había suavizado.

Había llegado a apreciar su naturaleza equilibrada, su ingenio audaz, y su obvia inteligencia. Sospechaba que Malfoy era – demonios, quizá siempre lo había sido – básicamente solitario y aislado. Bueno, él no era el único veterano de la guerra que había terminado así.

Así que pasaban largas horas juntos, con su conversación moderada y los sonidos de los lápices de Dean como únicos acompañantes. Sus discusiones iban desde políticas del Ministerio, cotilleo acerca de los antiguos compañeros de Hogwarts, hasta conversaciones de amigos mutuos, incluyendo su más famoso compañero de escuela – Harry Potter.

Draco ya no utilizaba ninguno de los apodos que solía usar en la escuela – Idiota-Que-Vivió, Potty, Cara-rajada – y preguntó por él sin ninguna malicia. Dean intentó ser tan conceptual como le fue posible, acerca de la actual crisis en la problemática vida de Harry.

“Las cosas no van muy bien para él de momento”

“En qué sentido?”

“Hay algún tipo de maldición sobre él”, no pudo evitar notar que Draco se puso rígido ante la noticia, “Una extraña maldición. Lo hace criticar a sus amigos”, eso era ponerlo ligeramente.

“Qué quieres decir? Criticar a sus amigos – cómo?”

“Bueno, hasta ahora solo son cosas verbales. Supongo que lo podrías llamar, hablar basura. Cosas horribles. De alguna manera es capaz de atacarte donde duele más”

Draco frunció el ceño. “Continúa”

“La peor parte es que no puede estar solo. Alguien tiene que estar con él cuando está pasando por esto, porque se pone violento. Es bastante difícil. Todos nos turnamos”

“Sabes porqué… quiero decir, tú también te quedas con él?”

“Algunas veces. Ese es un trabajo difícil. Quiero decir, todos sabemos que no lo puede evitar. Sabes?, cuando termina, él se siente horrible por ello. No es su culpa, de ninguna manera. De toda la gente, esto le tuvo que pasar a él – ya ha pasado por suficiente. Porqué él?”

“Porque puedo” dijo Draco suavemente.

“Qué?”, notó que Draco resistía la urgencia de cambiar su posición.

“Suena mal”

“Al menos sólo le sucede durante una parte del día. Hasta ahora solo por las noches”

“Desde cuando le sucede?”

“Semana y media. Por supuesto, ya han pedido ayuda a los expertos del Ministerio para que busquen la maldición. Hermione está trabajando a través de su departamento”

“Entonces, han tenido suerte?”

“No, aún no. Pero esperamos que pronto surja algo. Es horrible Draco. Es como estar con un dementor humano, él te quita toda la felicidad. Y cuando ha terminado, recuerda cada palabra dicha y se siente como basura por ello”

Draco no dijo nada mas.

Pero al final de su hora juntos, Dean se dio cuenta de que había dibujado un retrato de Malfoy que parecía casi devastador en su pena.


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La llegada de Seamus casi fue anticlimática. Draco lo saludó cortésmente, y Dean le explicó brevemente acerca del hechizo de memoria conjurado hace ya tanto tiempo. Un corto Finite Incantatem después, y Draco dijo un breve adiós. Dejando a Dean para enfrentar a Seamus una vez más.

Seamus estaba inusualmente callado.

“Malfoy me regresó mis recuerdos alrededor de tres semanas atrás” inició Dean, “Quiero decir, tú y yo sabíamos que él estaba involucrado, incluso en ese momento, pero algo me inquietaba acerca de todo lo sucedido. No borró completamente mis recuerdos de esa noche. Siempre recordé la forma en que te traicioné”

Seamus no dijo nada.

“Pero después decidí que también quería que recordaras todo. Sé que te has estado preguntando qué pasa conmigo últimamente. De hecho, por meses, creo. No me sentía cómodo al saber que tú pensabas que era tu gran amigo. Yo… Bueno. Me siento como un fraude. Ahora sabes lo que he hecho con nuestra amistad”

“No” dijo Seamus repentinamente. Dean se tensó, esperando que Seamus continuara, pero aparentemente, eso era todo.

Inspiró profundamente, “Lo siento Seamus. Me arrepentí en ese momento y me siento mas arrepentido ahora. No tengo excusas para lo que te hice. Te traicioné completamente”

Seamus inclinó su cabeza un poco y lo miró directamente, “Mira Dean. Yo ya te perdoné. No lo entendiste, grandísimo tonto? Crees que me lo cobraré ahora?”

“Bueno, sí” pudo murmurar.

“Pero porqué lo haría? Me dijiste tus razones. En tu lugar, probablemente hubiera hecho lo mismo”

“No, no lo hubieras -”

“Dean” El nombre fue dicho con tal fuerza que tuvo que dejar de anticipar su siguiente respuesta y escuchar, “Nunca fui probado. Tuve esa suerte. No soy mas noble que los demás. Quién sabe lo que hubiera hecho en tu lugar? Pero hiciste lo que pensaste que debías hacer en tales circunstancias, y te disculpaste, y te perdoné. Te perdono”

Y en ese momento, Dean se sintió como la persona mas afortunada sobre la faz de la tierra.


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They've got a name for the winners in the world; I want a name when I lose.
En el mundo tienen un nombre para los ganadores; yo quiero un nombre cuando pierda

Deacon Blues - Steely Dan



Draco descartó la sugerencia de Sully para la cena. Su apetito se había esfumado, los pensamientos de comida se desvanecieron. Sombríos pensamientos sobre las recientes revelaciones de Dean acerca de Potter los habían reemplazado – acerca de la olvidada maldición, fáciles y descuidadas palabras habladas en la temprana tarde del hermoso día de otoño, años atrás, palabras que habían tenido un parte aguas en su vida. Cómo las pudo olvidar?

Porque puedo.

En ese momento, solo se había preocupado por el resto de la discusión de su padre. Lo que supo ese día lo llevó hacia Severus, hacia la Orden, y todo eso había resultado en el estado actual de las cosas. La maldición – cómo se llamaba? – era un pie de página para asuntos más importantes, algo fácilmente desechado. Algo que no sucedería hasta la muerte de Lucius, una eternidad en el futuro para él. Al menos en ese momento.

Pero la magia nunca olvida tan fácilmente como lo hacen los magos. Predecible, ineludible, destinada a ser, la maldición había sido velada, como un cáncer secreto. Escondido hasta el día en que Lucius ya no pudiera luchar contra el vacío de su alma, y había escapado para siempre. Muerto. Entonces las envenenadas palabras del hechizo habían vuelto a la vida, para despertar su mortalidad.

Y Draco sabía – tan cierto como sabía su lugar en el mundo – lo que le sucedería a él. Las mentes más brillantes, los rompe-maldiciones mas tenaces, la fuerza y poder del Ministerio estaban trabajando ya para restaurar a su más preciado símbolo – El Hombre Que Vivió y Derrotó a Voldemort. Pronto – en verdad muy pronto – alguien conectaría la maldición de Potter con su padre. Alguien identificaría el encantamiento. Y con Lucius muerto, no habría otro chivo expiatorio a la mano, Draco sabía exactamente donde buscarían al culpable. Y dónde encontrarían venganza.

Se dirigió a su bar y abrió una botella de whisky escocés, sirvió una generosa cantidad en su vaso finamente diseñado. Bajo tales circunstancias, no estaba interesado en cenar – beber parecía mucho más atractivo.

Sus abogados le habían asegurado que el apoyo del Wizengamot iba en aumento. Los esfuerzos del Ministerio para quitarle la Mansión fallarían si existía la suficiente simpatía por él – siendo el único Malfoy respetable en mucho tiempo. Pero desde la guerra, cada testigo ante el Wizengamot era obligado a tomar Veritaserum, y sería fácil para el Ministerio obligarlo a confesar que sabía sobre la maldición de su padre y que no hizo nada para impedírselo y avisar a Potter.

Y no sería eso algo digno de escuchar? Si señor, escuché a mi padre, Lucius Malfoy, conjurar una maldición oscura sobre Harry Potter. No, no quería destruir al salvador del mundo mágico. De hecho, sólo estaba dándome un espectáculo. Potter solo pasaba por ahí.

Porqué? Bueno, porque ese es el tipo de persona que son los Malfoy, cierto? Porque podemos.


Y con esa admisión, perdería la Mansión. Y si perdía la Mansión, estaría en grave peligro de perderse a sí mismo.

Pero no sabía que hacer.

Su vaso estaba vacío. Al menos, sabía qué hacer con respecto a eso.

Se sentó silenciosamente frente al fuego que era avivado por mas que madera, ya que ardía sin apagarse. Dejó que las brillantes llamas le ayudaran a su mente a pensar en el pasado, ayudado por el whisky, a recordar la noche que pasó en el estudio de su padre. Había prestado un poco de atención a los hechizos que Lucius investigaba esa noche. Se asumía que eran maldiciones oscuras. Pero esa noche en particular, estaba seguro de que él exploraba maldiciones extranjeras.

Recordó abruptamente la historia que Lucius inventó para ilustrar los efectos de la maldición a su escéptico hijo. Acerca de amantes. La maldición del amante engañado, esa era. Y los amantes eran Juan y Maria, y Consuelo. Una maldición Española.

Necesitaba encontrar el libro que su padre había utilizado. Debía estar aquí en la casa, probablemente en el estudio de su padre. Animado repentinamente por no se qué, se levantó y caminó hacia la puerta. Titubeó un momento y después se dirigió nuevamente al bar, llevando la botella. Detestaba visitar el estudio de Lucius, un lugar demasiado saturado con la presencia de su padre, y lo evitaba tanto como podía. Podría utilizar un poco más de valor embotellado.

Un escalofrío lo recorrió mientras abría la puerta del estudio. Contrólate maldita sea, pensó, Es solo una habitación vacía.

Lumos” dijo un poco demasiado fuerte. Las luces se encendieron.

Todo estaba igual que la última vez que vió a su padre allí. Sus ojos se posaron inmediatamente en el sillón donde Lucius había pasado incontables horas, y se forzó deliberadamente a retirar la vista. Casi podía oler su aroma distintivo, esa combinación única de caras lociones y cuero pulido, teñidos con el tabaco que a veces disfrutaba. Incluso las sombras parecían hacer eco a su figura.

Admitió que tal vez el whisky fuera una mala idea – se estaba poniendo irracionalmente nervioso. Era mejor hacer la búsqueda y salir rápido de ahí. Había muy buenas razones por las que evitaba este lugar.

Pensó por un momento en la manera en que tenía que hacer su búsqueda con la mínima cantidad de movimiento: una petición muy vaga podría dejarlo enterrado en libros. Después de considerarlo cuidadosamente, que se complicó un poco debido a su letargo causado por el whisky, sacó su varita.

Accio Libro de Maldiciones Ibéricas” entonó cautelosamente, y se preparó para esconderse.

Mientras observaba, tres libros se retiraron de sus estantes y se dirigieron hacia él. Logró alcanzar los primeros dos y liberar una mano para tomar el tercero antes de que lo golpeara. Era bueno saber que sus reflejos de buscador eran buenos para algo más que el Quidditch.

Se rehusaba a quedarse en este lugar a buscar en los libros. Un rápido “Nox” y una puerta azotada después, y estaba de nuevo en el pasillo, intentando no suspirar de alivio. Se apresuró a su propia habitación.

No recordaba haber visto el libro en las manos de su padre, así que cualquiera de los tres era una posibilidad. Los tres estaban en español, así que dijo un encantamiento traductor, optando por la versión más compleja para asegurarse de que las palabras fueran exactas.

El primer libro parecía concentrarse en pociones y remedios, así que lo descartó. El segundo parecía bastante viejo y frágil. Al abrirlo, encontró las páginas en blanco, pero eso no lo desanimó. Cada Malfoy que valía la pena, sabía al menos diez encantamientos para descifrar libros Oscuros. Dió en el correcto en su cuarto intento.

Había muy pocos hechizos, menos de los que esperaba, así que lo encontró rápidamente. Bajo el nombre de ‘Maldiciones de Venganza’, se extendía por varias páginas. Al revisarlo, las palabras de la maldición no estaban extremadamente involucradas, y la descripción de cómo conjurarla apenas cubría una sola página, así que estaba intrigado por la longitud del capítulo. Se acomodó para leer.

Los efectos de esta terrible maldición en la víctima;

La maldición regresará cada noche, iniciando al ocaso y terminando cuando la víctima esté exhausta.

La víctima será obligada a decir las palabras más abominables a todo el mundo.

La víctima tendrá la habilidad de percibir los peores secretos y las más recónditas faltas de los que están a su alrededor.

Si se deja sola, la víctima efectuará serios daños a los objetos que la rodeen y a sí misma.

Los hechizos silenciadores no funcionarán ni cerca ni sobre la víctima.
Los hechizos aturdidores no funcionarán ni cerca ni sobre la víctima.
Los hechizos de reclusión no funcionarán ni cerca ni sobre la víctima.


Había una ilustración de alguien víctima de la maldición, una mujer que atormentaba silenciosamente a un grupo de personas. Uno de ellos se acercaba por detrás de la mujer con un hacha. Mientras observaba, la figura al acecho dejó caer la hoja del hacha súbitamente, abriendo por la mitad el cráneo de la víctima y salpicando la página con brillante sangre roja. Asqueado ante la imagen, tuvo que apartar la vista, agradecido de que la estremecedora imagen no tuviera sonido.

Así que ésta era la maldición que Potter sufría cada noche. Con razón el Ministerio estaba patas arriba.

Su corazón latió más rápido cuando leyó la siguiente línea.

Cómo romper la maldición.

La maldición hace que su víctima sea incapaz de guardar silencio. Para romper el hechizo, alguien tiene que hacer un voto de silencio en secreto por la víctima. Sólo así terminará la maldición.

El que rompa la maldición deberá anunciar al mundo que él o ella dejará de comunicarse, pero no debe decir la razón por la que toma el voto. Las palabras finales de la persona que rompa la maldición serán aquellas del encantamiento que iniciará el voto de silencio.

La maldición sólo permite un intento para romperla. Si la persona que lo intente falla, la maldición continuará hasta el fin de la vida de la víctima.


Así que la contramaldición involucraba un intercambio de magia. No era algo inaudito, incluso en la magia que no era Oscura. Una acción para contrarrestar otra acción. Siguió leyendo.

El voto debe durar seis meses, cinco semanas, cuatro días, tres horas, dos minutos y un segundo.

Qué poético, reconoció el poder de este patrón por la Aritmancia. Había estado trabajando en patrones numéricos la noche que dejó Hogwarts.

Aquí una lista parcial de las acciones prohibidas para la persona que rompa la maldición:

No puedes hablar.

No puedes escribir.

No puedes asentir o negar con la cabeza en respuesta a algo.

No puedes deletrear palabras de ninguna manera.

No puedes firmar con tu nombre.

No puedes decirle a ninguna persona porqué no te comunicas.

Aquí una lista parcial de acciones permitidas para la persona que rompa la maldición:

Puedes sonreír.

Puedes reír.

Puedes llorar.

Puedes tocar.

Puedes besar.


Draco rió en alto ante la última línea. No podía imaginar al rompe-maldición teniendo muchas oportunidades para una vida amorosa sin poder comunicarse. Entretenido, dio vuelta a la página.

La lista continuaba por páginas seguidas, con puntos explicados en detalle. Cada punto explicaba qué estaba dentro del voto de silencio y qué estaba prohibido. No se molestó en leer cada uno de los puntos, pero la esencia era clara: cualquier intento de comunicarse intencionalmente con cualquier persona, llevaría al fracaso y haría que la maldición se quedara sobre la víctima de por vida. Se preguntó vagamente cómo es que se habían descubierto todos estos detalles – probablemente a través de una prueba poco placentera y el inminente error.

Deseó poder ver a Potter bajo el efecto de la maldición tan sólo una vez.

Se dio cuenta de que había estado examinando estos parámetros como si de verdad estuviera contemplando el romper la maldición de Potter. Y eso era algo que no podía tomar a la ligera. La ironía de la situación no se le escapaba – la mitad del mundo mágico soportaría con gusto cualquier carga que liberara a su ídolo de su insoportable aflicción. Los amigos Gryffindor de Potter se callarían gustosamente por décadas sólo por ayudarlo.

Y Draco era posiblemente la última persona, a su criterio o el de cualquier otra persona, que voluntariamente escogería romper la maldición.

Pero si quería conservar la Mansión, él era el único que podía hacerlo. Porque tanto la maldición como la cura debían permanecer en secreto – la mano de Lucius sobre todo eso jamás debía ser expuesta. Y el voto de silencio no podía ser explicado, lo que fomentaba el secretismo que él necesitaba. De alguna extraña manera, lo encontraba intrigante. Y atrayente.

Pero se rehusaba a comprometerse. Decidió que se daría una semana. Una semana para considerar todas la implicaciones de intentar romper la maldición, aunque ya podía ver algunos impedimentos. Bueno, no era como si tuviera que renunciar a una asediada vida social. Apenas veía a alguien estos días – Severus era su único contacto, y no era extremadamente sociable. Pero Draco sí necesitaba usar palabras para dar órdenes a su elfo doméstico. Y más importante aún, hacer magia.

Pero por primera vez desde que escuchara de labios de Dean Thomas acerca de la maldición de Potter, tuvo la pequeña esperanza de no perder todo lo que le importaba.

Porque puedo.


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Meeting on the road to Basra, You half-blind in a blood-soaked coat,
Me, I'm a fallen angel, Fallen from the burning tree of doubt
Nos encontramos en el camino hacia Basra, tú medio ciego en un abrigo empapado en sangre,
Yo, yo soy un ángel caído, caído del ardiente árbol de la duda.

God's Alibi - Capercaillie


El deseo de Draco de ver la maldición de Potter, se le concedió mucho antes de lo que pensaba.

Una tarde, estaba sentado nuevamente para Dean, charlando casualmente como siempre lo hacían durante sus cada vez más frecuentes sesiones. Había aprendido a disfrutar de el fácil dar-y-recibir de los comentarios de Dean. Jamás lo admitiría al otro hombre, pero sentía como si su vida tuviera un significado nuevamente. Sin importar que hiciera muy poco cuando estaba aquí; lo importante era que alguien lo necesitaba.

Nunca antes había pasado tanto tiempo con alguien tan diferente a él. Por primera vez, se permitió ver más allá de las etiquetas obvias – nacido de Muggles, pobre, Gryffindor – que siempre había notado para alejar a extraños, y se permitió conocer a este inusual hombre. Dean no era la cajita de habladurías que era su amigo Finnigan, pero no le importaba compartir historias de su pasado con Draco. Y no sentía la urgencia de hacer hablar a Draco acerca de su pasado como recompensa.

Esta tarde, estaban hablando de los padres de Dean. Draco estaba intrigado ante la descripción de una vida casera cálida e íntima que ni él ni sus amigos Slytherin tuvieron.

“Mamá y Papá no sabían nada del mundo mágico” dijo Dean, “Pero siempre supieron que había algo raro en mí, con magia inexplicable sucediendo en momentos extraños. Entonces llegó la carta de Hogwarts. Y Arthur Weasley vino a nuestra casa para explicarnos todo”

Draco encontró que su interés crecía. Nunca había pensado cómo debía ser para una familia Muggle el saber acerca de Hogwarts por primera vez. “Porqué Weasley?”

“Oh, es que era muy bueno explicando. Para empezar, tiene una apariencia inofensiva. Era algo muy abrumador que eso le pasara a nuestra familia, y teníamos un millón de preguntas. Él hacía parecer cada una de las respuestas algo especial – de una manera muy buena.”

“Tenías miedo?”

Observó como se contraía la frente de Dean mientras pensaba su respuesta, “En realidad, no tanto como te imaginas. Supongo que todos estábamos aliviados porque al fin teníamos una explicación para las cosas extrañas que sucedían a mi alrededor. Yo estaba emocionado. Soy el cuarto de seis niños – así que tendía a pasar desapercibido en esa multitud, por lo que me sentí único. Te puedo apostar lo que quieras a que mis hermanos y hermanas estaban muy celosos de mí después de eso” sonrió, “Y admito que me gustó”

“Qué piensan ellos de ti ahora?” preguntó, pero nunca obtuvo una respuesta. La chimenea se encendió de pronto, y apareció la cabeza de Granger. Habló rápido y muy fuerte en el minuto en que fue lo suficientemente sólida para hacerlo.

“Dean, necesito ayuda con Harry. Puedes venir de inmediato?”

Dean ya había dejado sus lápices de carbón y se había alejado de su dibujo. No perdió tiempo en pedir detalles, “Voy. Estaremos ahí en un momento”

Draco, al notar el uso de la palabra ‘Estaremos’ lo vió con sorpresa.

“Draco, te importaría? Tal vez también necesitemos tu ayuda. Pero mira, si no quieres venir-”

“No, iré contigo” contestó, intentando no parecer demasiado curioso acerca de la condición de Potter. No quería parecer voyeurista, pero confiaba en esta oportunidad para ver la maldición en acción.

Unos minutos después, se sacudía las cenizas en la que parecía ser la sala de Potter. Le tomó unos segundos aclimatarse a su nuevo entorno. Fuertes y roncos gritos se escuchaban de una habitación adjunta, puntualizados por el sonido de algo – muchos algos – rompiéndose. Escuchó la voz de Granger, también gritando Wingardium Leviosa una y otra vez. Dean corrió hacia la conmoción y Draco lo siguió.

“Harry. Harry. Détente” dijo Dean en voz alta.

Desde el marco de la puerta de la cocina, Draco vió a Potter girar repentinamente ante el sonido de una nueva voz. El look aliviado de Granger ante su llegada fue palpable. Alrededor de ellos había regados por el piso pedazos de platos; mas de uno estaba suspendido en el aire por el encantamiento de Granger, parecían aves extrañas en la cocina.

“Gracias a Dios que llegaste” dijo ella, “No lo puedo controlar esta noche”

La conmoción causada por Potter se terminó con la presencia de Dean. Draco observó la cara de Potter pasar de una ira desmedida a una sonrisa siniestra y calculadora.

“Dean Thomas. Mi Judas favorito. Qué bueno que llegaste”

Ambos, Granger y Potter, reconocieron a Draco al mismo tiempo. La alarma de Granger fue notable, pero ella no dijo nada. Sin embargo, Potter cubrió su shock inicial con una expresión mucho más perturbadora – anticipación, tal vez, o diabólica diversión.

“Mira nada más. Draco Malfoy, que sorpresa” Ignoró a Dean y se dirigió a la puerta donde Draco estaba inmóvil “No te había visto desde el juicio de tu padre. No, espera – creo que fue el funeral de tu madre”

“Potter” Asintió en forma de saludo, pero se mantuvo distante, cubriendo cualquier atisbo de emoción que pudiera aparecer en su cara.

“Vienes a ver al fenómeno del circo, no es cierto? Sentiste la necesidad de regodearte al ver cómo ha caído el todopoderoso?” la voz de Potter descendió, hasta que sonó casi amenazador, “Sólo recuerda Malfoy, es una de las muchas cosas que tenemos en común.”

“Tienes razón, por supuesto” contestó calmadamente.

“Como el hecho de que nuestros padres murieron por nosotros. Aunque en el caso de tu madre, yo diría que fue por tu culpa.”

En algún otro momento, las declaraciones envenenadas de Potter lo habrían llevado a responder con golpes, pero estaba clínicamente impedido a responder con algún tipo de emoción. Al contrario, el comportamiento de Potter era cautivador.

Pero Granger no lo sabía. Su ansiedad se estaba haciendo cada vez mas pronunciada, hasta que finalmente dijo lo que estaba pensando, “Tal vez no haya sido una buena idea el que vinieras Malfoy. Harry no puede evitar decir lo que dice, y se pone feo”

Dean intercedió, “Él estaba conmigo cuando me llamaste Hermione. Deduje, por como se escuchaban las cosas, que nos necesitarías a ambos”

Granger se veía bastante preocupada. Draco sabía lo que ella quería decir, y tenía curiosidad por cómo se lo iba a decir sin insultarlo.

“Aprecio tu preocupación Dean, pero – bueno, sin ofenderte Malfoy – con su historia, tal vez él no fuera la mejor opción. Harry tiene mucho que puede usar en su contra” Y viceversa faltó por decir.

Draco levantó una mano para tranquilizarla, “Tal vez yo sea una mejor opción de lo que crees. No sabes que lo he escuchado todo antes? No hay nada que Potter pueda decirme que no haya tenido que escuchar cientos de veces. No puede decir algo con lo que no esté de acuerdo. Ya no me afecta”

Eso hizo reír a Potter, “Por Dios Malfoy, no has cambiado nada. Aún eres el fraude mas grande que pudo haber salido de Hogwarts. Y aquí estaba yo pensando que Hermione era el prototipo de bruja hipócrita. Ustedes dos podrían competir por el título”

Pero Draco solo sonrió. Tomó a Potter por el brazo y éste lo dejó, “Vayamos a sentarnos en la sala” lo urgió, “Dejemos que estos dos limpien el desorden mientras nos ponemos al corriente el uno con el otro” Sorprendió a Dean y Hermione intercambiando miradas dubitativas, pero no tenía tiempo para convencerlos de su sinceridad.

De momento, Potter lo encontraba entretenido. “Por favor. Puedes contarme como fue joderte el camino en ascenso a los rangos Mortífagos”, Draco lo guió a el sofá, dejando a Dean y Granger en la cocina para arreglar el desorden.

Los ojos de Potter estaban inusualmente brillantes y salvajes, y su sonrisa era siniestra, una combinación, que para su sorpresa, Draco encontraba seductora. Tal vez porque entendía esta maldición, como nadie más a su alrededor, encontró que no tenía miedo en absoluto – al contrario, estaba fascinado.

Potter habló, “Así que aquí estamos, dos pobres y jodidos chicos huérfanos. Excepto que tu padre no está muerto aún – o sí? Es difícil decirlo. De todas maneras, supongo que deberíamos unirnos o algo así” Sonrió maliciosamente, una expresión incongruente con el recuerdo de Draco, “Pero odiaría interferir con el amor especial que tú y tu padre compartían”

Reconoció la provocación, pero lo dejó pasar, “Lo siento Potter, fallaste en eso. Cualesquiera hayan sido mis pecados, el incesto no fue uno de ellos”

Potter lo observó con deliberada atención, “No, ya lo puedo ver. Estabas demasiado ocupado intentando cojerte a Snape. Pero desafortunadamente para ti, él te rechazó. Así es tu suerte, él es hetero y no quiso joderte”, Potter cerró sus ojos por un momento, y cuando los abrió de nuevo, había un brillo afilado en ellos. “Esa fue la noche que me besaste en el corredor. Merlín Malfoy, estabas tan caliente y desesperado por el pene de cualquiera no es cierto? Y no eras demasiado exigente acerca de quien. Y todo este tiempo yo pensé que habíamos compartido un momento especial esa noche”

De manera particular, Draco reconoció que la maldición le concedía a su víctima los poderes del Legilimens. Rápidamente, levantó su resistencia, era una defensa familiar durante la guerra, pero no algo que él usara actualmente.

Potter reconoció sus nuevas defensas, “Malfoy, te estás escondiendo”

Sonrió, “Sí, nadie te dijo que no es de buena educación hurgar en la mente de las personas?”

“No importa. Hay suficientes detalles acerca de tu patética vida en El Profeta. Nuestro propio héroe soltero. Sin familia, sin amigos, sin sexo”

No le sorprendía que Granger y Dean se estuvieran tomando su tiempo para unírseles en la sala. Potter siguió con los ataques en su contra por el resto de la noche. Draco no sabía qué era peor: escuchar a Potter bajo la influencia de la maldición o escucharlo después, lleno de apenadas disculpas y angustiado arrepentimiento.

Pero cuando se fue, ya había decidido qué tenía que hacer.


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Por el resto de la semana, Draco estudió concienzudamente el hechizo y memorizó las restricciones, hasta que sintió que entendía las sutiles reglas de la maldición sin tener que analizarlas demasiado.

Después, se retó a sí mismo para dejar de hablar, simplemente para explorar su habilidad para hacer magia. Era frustrante, pero no imposible. Aún se podía Aparecer, así que desplazarse no resultaba ser un problema. Sin embargo, casi todos los hechizos que conocía requerían palabras, y su impulso automático de usar magia para las tareas mas simples era un problema frustrante. Su primer intento de silencio duró unos simples veinte minutos. Al final del primer día, logró incrementar el tiempo a casi tres horas, pero en la noche, se fue a la cama con el miedo creciente de que su débil control arruinara su intento por romper la maldición y éste llevara al desastre.

Sully parecía bastante confundida al principio ante su peculiar comportamiento. Después, Draco comprendió que ella era invaluable si podía aprovechar sus habilidades mágicas. Empezó a especular cómo asegurar su ayuda sin poner en peligro el rompimiento de la maldición, y se adentró en las restricciones del libro español para analizar los riesgos.

“Sully. Qué haces cuando me siento a la mesa del comedor?” le preguntó.

Ella lo observó atentamente, “Que está queriendo el amo Draco?”

Suspiró. El pensamiento abstracto no era algo que se pudiera esperar del comportamiento de un elfo doméstico. “Me pregunto qué pensarías tú que quiero, si me siento a la mesa”

Ella no contestó. Estaba mas allá de ella, pensó Draco con creciente frustración.

“Ven acá” le dijo. La guió hacia el comedor y se sentó a la mesa. Ella lo observó con preocupación y alarma.

“Ha hecho Sully algo malo?” preguntó, su voz nerviosamente temblorosa.

“No Sully. Quiero enseñarte algo. Qué sucede usualmente cuando me siento aquí?”

Ella se retorció las manillas y dio un paso atrás, “El amo pide su comida”

“Claro. Lo hago. Pero qué pasaría si no pidiera? Qué harías?”

“Esperaría a que el amo pidiera?” se aventuró.

Él suspiro, “Qué tal si nunca preguntara Sully? Me dejarías morir de hambre?”

Sus ojos se abrieron mas con sorpresa, “Oh no, amo Draco. Sully jamás dejará que muera. Sully cuidará muy bien del amo Draco” ella se veía miserable, con sus orejas cayendo y su boca haciendo un puchero.

“Sí, cuidas muy bien de mí. Bien” Paciencia, se dijo a sí mismo, “Así que si nunca pidiera nada, y me sentara aquí, y fuera la hora de comer…”

“Sully le traería al amo Draco algo de comer?”

“Exacto. Eso precisamente. Me traerías algo de comer” Ella le sonrió y él dejó salir el aire contenido, “Me traerías lo que siempre me traes – desayuno por las mañanas. Y…”

Hubo un largo silencio, y finalmente, “Comidas de cena por la tarde?”

Sonrió, “Bien otra vez, muy bien. Cualquier cosa de las que me has preparado antes. Puedes decidir que será, cierto?” serían unos siete meses muy largos si ella le daba las mismas comidas todos los días, y estaba muy entusiasmado cuando ella asintió. Se puso de pie, “Sígueme”

La guió por el pasillo hacia su estudio, “Muy bien, está oscuro aquí. Qué harías?”

Ella sonrió, “Yo estoy encendiendo las luces”, no había problema con eso; ella lo hacía siempre.

“Y si tuviera frío, y me acercara al hogar…”

“Yo encenderé el fuego para el amo Draco”

Se sentó en su silla favorita, “Y cuando me siento aquí y acerco esta mesa un poco, probablemente estoy pensando que me gustaría tomar…”

“Té!” gritó emocionada.

“Muy bien Sully, estás que vuelas”

Ella se desconcertó, “Pero yo estar parada en la alfombra, amo Draco”

“Um, sí, es sentido figurado”

Por una vez, estaba orgulloso de haber llevado una vida tan predecible. Rápidamente acordaron un método para identificar tareas y decidiendo qué podía hacer la elfina al respecto, y le complació descubrir que Sully aprendía fácilmente. Ella le seguía el juego de pregunta y respuesta con creciente ánimo, emocionándose más cada vez que él alababa su iniciativa. Empezó a motivarse cada vez más. Había muchas razones por las que ella podría hacer esto – pero podría él?

Logró un record de tres días, cuatro horas, y algunos minutos de firme silencio, antes de accidentalmente murmurar un rápido Lumos una tarde, seguido de un sonoro “Mierda, mierda, mierda!” al darse cuenta de lo que había hecho. Eso no era lo suficientemente bueno. La maldición no permitía un casi. Sólo una palabra en el momento equivocado, un asentimiento equivocado, y la maldición se haría permanente y Potter nunca se libraría de ella. Mas aún, el Ministerio descubriría su intento fallido, y él tendría suerte si la residencia permanente en Azkaban era el único resultado.

Esa noche, tuvo su primer pesadilla sobre la maldición. Él y Potter caminaban a través del campo de Quidditch en Hogwarts. La boca de Potter se movía, diciendo algo, pero Draco no podía escuchar que era.

Molesto, había girado y gritado, “Que?! ”, pero cuando abría la boca, docenas de flechas salían disparadas con inusual fuerza, empalando Potter contra la pared de madera de las gradas en una muestra bastante horripilante. Draco despertó agitado y temblando. Oh, Dios.

La inspiración le llegó la mañana siguiente. Hizo un corto viaje al Londres Muggle, regresando poco después como el orgulloso, y un poco dolorido, propietario de un retenedor de lengua. Había estado batallando con él desde entonces, sin acostumbrarse al extraño invasor. Pero necesitaba un recordatorio tangible para mantenerse callado. Cuando Severus se entere, pensó animado, se volverá loco. Bien valía el dolor, solo por ver la reacción del otro mago.

Nueve días, siete horas, y catorce minutos, y aún no había roto su silencio.

Estaba listo.

Una lechuza de la Mansión estaba lista para llevar sus instrucciones a su abogado, Redmund. Había enviado una larga carta el día anterior con todo lo que creía que la firma pudiera necesitar para continuar la pelea contra el Ministerio. Hoy, estaba componiendo un anuncio que sería impreso en El Profeta. Sellándola cuidadosamente, la ató a la pata de la lechuza, regalándole una golosina antes de liberarla.

Ahora que se había decidido y había puesto los engranes a girar, se encontraba cada vez más aprehensivo, incluso más de lo que hubiera previsto. Decidió retirarse a una habitación más cómoda para iniciar la contramaldición, y se encontró en un dilema al querer elegir el lugar. Reconoció con cierta alarma que la lista de habitaciones que ahora evitaba era cada vez mayor. Ninguna que fuera frecuentada por su madre o por Lucius. Ninguna que le recordara a Mortífagos o sus reuniones sociales. Ninguna que tuviera retratos de Malfoys del pasado. Entristecido, se dirigió a su propia habitación.

Llevaba el libro de maldiciones con él, sintiendo el peso y el polvo de tantos años en sus cubiertas, mientras lo ponía en sus piernas. Abriéndolo en la página que necesitaba, se acomodó y empezó a recitar el encantamiento que lo llevaría en su travesía por romper la maldición sobre Harry Potter, todo el tiempo bastante consiente de la ironía de su tarea.

Si todo iba de acuerdo a lo planeado, estas serían sus últimas palabras en meses. Para ser específicos, por seis meses, cinco semanas, cuatro días, tres horas, dos minutos y un segundo.


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“Por todos los cielos Severus, que se trae tu chico Malfoy entre manos?” preguntó Flitwick durante el desayuno en el Gran Salón. La pregunta lo tomó desprevenido – Flitwick era bastante callado durante el desayuno, porque prefería poner toda su atención en leer a conciencia El Profeta en vez de conversar con sus compañeros. Esto, por supuesto, le sentaba a Severus de maravilla, era la razón principal para sentarse a su lado en la mesa principal todos los días.

“En primer lugar, él no es mi chico. Y en segundo, no sé a qué te refieres”

Aparentemente Flitwick había dicho todo lo que iba a decir de momento, porque simplemente le entregó el diario sin decir palabra.

Tuvo que leer toda la página un momento, porque no sabía lo que estaba buscando. Revisó los artículos principales - Empleado del Ministerio atrapado cambiando el clima para los partidos de Quidditch - George y Luna Weasley orgullosos padres de trillizos - oh, Merlín nos ayude - Audiencias preliminares del Consejo de Licántropos. Nada acerca de Draco, finalmente, notó el formal anunció de marco negro proveniente de Redmund, Hall y Asociados. Decía:

El Sr. Draco Malfoy, de Malfoy Manor, Wiltshire,
desea anunciar que
ha tomado un voto de silencio
y dejará de comunicarse por cualquier medio.
Lamenta los inconvenientes que surjan de esta acción.
Futuras aclaraciones pueden ser enviadas a
Redmund, Hall, y Asociados
En Callejón Diagon.


Tan simple como era, tuvo que leerlo varias veces antes de poder absorberlo completamente.

Flitwick lo miraba curiosamente, “Asumo que estás tan sorprendido como todos los demás” fue lo que dijo.

Ni siquiera pudo responder con un comentario sarcástico, así de grande era su sorpresa. “No sé nada de esto”

“Qué inusual”, si se refería al anuncio de Draco o a la ignorancia de Severus, no lo especificó.

Severus se quedó en silencio, y Flitwick pareció contentarse con dejar la conversación en ese punto.

No tenía ni la más mínima idea de qué había incitado este comportamiento tan bizarro en su antiguo protegido. Lo había visto brevemente después de la muerte de su padre. No hubo servicio funeral, por supuesto, pero ambos se habían sentado en la Mansión a beber por el hombre que había sido Lucius hace tiempo y evitando pensar en el hombre en que se había convertido. Pensó que Draco parecía resignado a su muerte. Ciertamente, no había notado nada extraño en su comportamiento que diera indicio de su actual decisión. Se habían enviado lechuzas un par de veces durante las pasadas semanas – en su opinión, Draco aún era muy aislado, pero había mencionado que había estado pasando el tiempo con Dean Thomas, como modelo.

Lamenta los inconvenientes… Severus contuvo una áspera carcajada mientras contemplaba el parafraseado tan formal. Draco encontraría las consecuencias de su extraña conducta mucho peores de lo que se imaginaba, de eso estaba seguro.

No había nada más que hacer que confrontarlo, y decidió ir a Wiltshire al día siguiente. Hasta ese momento, supuso que debería enviar una lechuza a Redmund personalmente para intentar llegar al fondo de esto.

Se dio cuenta de que Flitwick lo veía con cierto desagrado, hasta que se dio cuenta de que aún sostenía el diario del otro hombre. Con una disculpa susurrada, tomó una última mirada incrédula al artículo antes de regresarlo a su silencioso colega.


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Como é difícil acordar calado
Se na calada da noite eu me dano
Cómo es difícil despertar en silencio
Y en el silencio de la noche, me maldigo

Calice - Gilberto Gil/Chico Buarque (Canción portuguesa)


Para el final de su primer día después de haber dicho sus últimas palabras, se había enojado tanto por el estrés que no tenía ánimos de cenar. Aunque Sully no se lo iba a permitir.

“El amo Draco está necesitando sentarse a su mesa” dijo en una voz demandante, “El amo estará hambriento si no está comiendo”

Le siguió el juego e intentó no asquearse cuando le trajo una enorme cena que pasó reacomodando en su plato la siguiente media hora.

En el segundo día, Severus le hizo una incómoda visita.

“Redmund no tiene nada que decir que pueda explicar tu último berrinche” le dijo a Draco de manera cortante. Sully estaba cerca, y Draco puso su mano ligeramente sobre la mesa del té. En un instante, desapareció para traer bocadillos.

Severus la observó desaparecer sin hacer comentario alguno. “Una vez más, te has convertido en el tópico principal de cotilleo en El Profeta. La última edición nos relata que una bella y misteriosa bruja ha roto tu corazón, y que te rehúsas a hablar hasta que ella corresponda tu amor incondicional”. Frunció el ceño un poco y observó a Draco acusadoramente, “Ahí está la credibilidad de los reporteros”

Sully estaba sirviendo el té con una mirada ansiosa sobre su invitado. Severus la ponía nerviosa desde siempre; ella se veía especialmente nerviosa hoy mientras notaba su irritación. En su actual estado de preocupación, era una maravilla que el té no se hubiera derramado por todos lados.

Observándola mas atentamente, Severus le preguntó, “Y... Sully, de casualidad sabes porqué tu amo se niega a hablar?”

Lo observó con cierto temor, “No señor. El amo no le está diciendo a Sully”

“No, no me sorprende. Tampoco le está diciendo a Severus. No le está diciendo a ninguna otra condenada alma lo que se trae en manos”

Ella se puso seria, parecía que iba a decir algo, titubeó un poco, y finalmente habló, “El Señor Snape necesita ser amable con el amo Draco” dijo ella, para sorpresa de ambos hombres, “Él está intentando mucho no hablar. Usted debería estar sabiendo que está muy triste por ello. El Señor Snape no debería hacer al amo Draco más triste”

Draco no podía ver a Severus después de la declaración de la elfina.

Al final del quinto día, la lengua de Draco estaba casi sangrando de tanto morderla. No empezó a sanar hasta el quinceavo día.

Se sorprendió a sí mismo al final del día diecinueve cuando se dio cuenta de que había pasado el primer día sin problemas, en semanas. Su silencio forzado lo estaba llevando a un amplio pensamiento introspectivo y una calmada aceptación, que no había esperado en absoluto.

Al inicio de la cuarta semana, se sintió lo suficientemente confiado – o lo suficientemente desesperado – para tener compañía humana, y llamó a la puerta de Dean.

“Oh Dios mío, Draco. Pasa. Es bueno verte” La puerta se abrió ampliamente dándole la bienvenida, Dean lo invitó hacia dentro con entusiasmo, “Cómo has estado?”

Silencio, “Oh, mierda, lo siento”

Draco sonrió, intentando no sentirse tan incómodo como se veía Dean.

Dean dejó salir un suspiro y revolvió sus rastas con un gesto nervioso, “Mira, tal vez deba decirte desde ahora que probablemente cometeré errores en la conversación hasta que me acostumbre a ti. No te ofendas”

Cómo podía darle confianza a su anfitrión? Tal vez esto era esperar demasiado, y el haber venido aquí era un error. Sería increíblemente descortés el dar media vuelta y desaparecer después de ínfimos treinta segundos. Debería quedarse.

Después de diez minutos, se estaba preguntando porqué no había venido antes. Incluso el horrible café de Dean, amargo como siempre, le sabía bien hoy.

“Terminé el último dibujo que estaba haciendo de ti. Ven a ver”

Ya en el estudio, Dean pareció perder la tensión acumulada. Con una sonrisa traviesa, sacó un dibujo hecho a lápiz y lo deslizó a través de la mesa de dibujo, observando a Draco con anticipación mal disimulada.

Una vez visto el dibujo, supo porque: Dean lo había dibujado bastante bien, rodeado por docenas de cachorritos y gatitos. Por primera vez en semanas, se permitió perderse en la risa. Se sentía maravilloso.

Dean se limpió los ojos con el dorso de la mano mientras ambos se calmaban, “Tómalo, es tuyo. Draco #7”

Draco estiró la mano y lo tomó de la mesa, teniendo cuidado de no agradecer el regalo.

“Bueno, te puedo inspirar a trabajar en Draco #8?”

Draco ni siquiera titubeó, sino que se movió para sentarse bajo la suave luz de la, ahora familiar, lámpara. Sentarse para Dean era algo, que creía, sería fácil de manejar sin preocuparse.

Para la quinta semana, nuevamente visitaba a Dean en su estudio a diario.

Potter y Granger pasaron a ver a Dean al final de la séptima semana cuando Draco estaba posando en el estudio. No se molestaron en esconder su sorpresa después de encontrarlo ahí. Draco estaba secretamente aliviado de que al mantener su pose para Dean, pudiera mostrar una indiferencia que no sentía. Pudo ver a Potter con detenimiento muy disimuladamente. Se veía solemne y cansado.

Draco sabía que su silencio no era secreto para nadie a estas alturas, y Potter lo saludó como si fuera perfectamente ordinario para los magos el callarse así nada más. Como si nada hubiera cambiado.

“Dean tiene suerte de tenerte como modelo Malfoy” dijo, Draco obligaba a su piel, que se enrojecía bastante cuando estaba avergonzado, a no reaccionar, con un éxito limitado. Potter veía con interés el dibujo que Dean estaba haciendo, “Va a quedar bien”

“Cómo puedes saberlo?” preguntó Dean, “Apenas empecé”

Granger compensó lo que había dicho Potter con su obvia incomodidad, “Los pones nerviosos Harry” dijo ella, y a Draco le irritó su presunción.

“No, está bien” dijo Dean, “Escuchen, si no les importa darnos diez minutos, podemos tomar un descanso. Nos harías una taza de café?”

“Que sea té y lo haré” dijo Granger y Dean asintió, “Quieres té o café Malfoy?”

Le tomó un poco más de lo que Draco esperaba, el que se diera cuenta de lo que acababa de decir, “Oh, oh, diablos. No quise - ”

Dean le contestó, “No te preocupes Hermione. A mi me pasa todo el tiempo y aún no me ha golpeado. Porqué no preparas ambos y él puede tomar lo que quiera”

Después de diez minutos, Draco se dirigió hacia la cocina mientras Dean terminaba de darle sombras a su dibujo, cuando escuchó a Granger mencionar su nombre. Se detuvo para escuchar.

“... libros en Malfoy Manor, probablemente encerrados bajo miles de hechizos Oscuros, para que nadie pueda llegar a ellos”

Ante la palabra libros, su corazón empezó a latir aceleradamente. Oh, demonios.

“No que le vaya a preguntar si puedo hacer una búsqueda, no obtendría respuesta”

“Eso parece incomodarte bastante Hermione” le dijo Potter.

“No que me incomode. Quiero decir, sólo lo encuentro extraño, tu no?”

“No lo he pensado demasiado. Él debe tener sus razones, sólo porque no las sabemos, no significa que sea malo”

Ella hizo un sonido irritado, y Draco pudo imaginarse claramente la expresión importante que iba con tal sonido.

“No me gustan las cosas que no puedo explicar”

Potter rió, “Hay tantas cosas en la vida que no puedo explicar que no me puedo molestar por preocuparme por todas ellas”

Draco escuchó a Dean salir y cerrar la puerta del estudio detrás de él. Aparentemente, el sonido llegó a la cocina, porque la conversación se detuvo. Dean se acercó y deslizó su brazo amigablemente sobre sus hombros.

“Vamos Draco, tal vez Hermione haga mejor café que yo. Por tu bien, espero que así sea”


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Continuará...

Como siempre, mil gracias por leer. Nuevamente, les agradeceré sus reviews, que son mi recompensa. Gracias a todas las personas que me apoyaron con lo de mi examen (En el fic de Fidelius, explico que no había actualizado porque he estado estudiando para el exámen de admisión a la Facultad de Medicina de mi estado) y a los que siguen esta historia a la par que leyeron Fidelius, bueno, pues me complace decirles que entré a la Facultad! Quedé entre los 132 alumnos que entraron. Estoy tan emocionada... Yei por mí! Gracias a tod@s!

Hasta el próximo capítulo!


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